La lactancia no es únicamente responsabilidad del binomio madre-bebé, la lactancia es una práctica social y por tanto, permeada por diferentes actores, entre los que se destaca: el padre. A través del presente estudio se visibiliza el lugar tan significativo del padre en la lactancia, dejando en claro que su apoyo no solo consiste en realizar las tareas domésticas para que la mamá se encargue al 100% del bebé. El padre hace parte de la dinámica misma de lactancia, realizando masajes, extracciones e incluso llevando al bebé al pecho para asegurar un buen agarre. Las mujeres consideran que el apoyo de la pareja es un factor clave para lograr la lactancia, brindándoles seguridad y confianza. De esta manera, se considera que las políticas publicas y campañas que buscan proteger la lactancia, así como también los profesionales de la salud debemos empezar a incluir al padre dentro del equipo de lactancia, hacerle participe desde los controles prenatales hasta las visitas postnatales. Por otro lado, quedan grandes interrogantes frente a la vivencia emocional del padre en el postparto y la necesidad de él también ser apoyado por otros. Se considera de vital importancia seguir investigando al respecto. Agradezco principalmente a todos los padres de la Comunidad Ágatha y también a aquellos que me siguen por redes y estuvieron dispuestos a contestar el cuestionario. A través de este trabajo busco honrar a los 171 hombres que contestaron, a sus familias y en general a todos los hombres que han luchado por un trato mas igualitario en el campo de la crianza.
El presente trabajo tiene como objetivo principal visibilizar el lugar del padre en la lactancia, su influencia en cómo se vive esta práctica a nivel familiar y en los resultados de esta. Reconocer si existe relación entre el tiempo de lactancia, el haber sido exclusiva o mixta, con el tipo de relación entre los padres y la calidad de la relación. Además, se busca indagar sobre otros factores como las vivencias emocionales de los padres, qué tanto aprenden los padres de lactancia durante el embarazo, si deseaban o no que su bebé fuera lactado, si apoyaron la lactancia y/o el uso de fórmula y el porqué de dicha decisión. Finalmente, se busca tener en cuenta la perspectiva de género analizando si para los padres apoyar la lactancia es alejarse de sus roles tradicionalmente masculinos.
He elegido este tema de trabajo puesto que en mi experiencia acompañando lactancias observo que en la mayoría de los casos la mujer cuenta con todas las condiciones a nivel físico para lactar, carece de antecedentes biológicos que pongan en riesgo su producción o el agarre y sin embargo la lactancia fracasa con frecuencia ¿Por qué? Yo considero que como profesionales de la salud hemos restado importancia a los factores psicológicos que permean la lactancia: los recursos emocionales, las creencias y el ambiente familiar, los cuales tienen un gran impacto en el éxito o fracaso de esta práctica. Deseo a través de este trabajo, dar voz a los padres, quienes considero que son muy valiosos e importantes para la lactancia y desafortunadamente muy poco valorados cuando se trata de crianza o cuidados del bebé. Parece que aun en las mujeres y en los hombres persiste esta idea patriarcal que considera a los hombres poco competentes para el cuidado de los más pequeños. En mi experiencia, cuando hay un padre que estudia sobre lactancia desde el embarazo, se prepara y apoya esta práctica, realiza extracciones, masajes, sabe incluso cómo llevar al bebé al pecho, las probabilidades de éxito de esa lactancia aumentan significativamente. Así que a través de este trabajo busco honrar el lugar del padre para que poco a poco vayamos siendo más conscientes de que la lactancia es compromiso de todos y no únicamente de las madres.
Para este estudio se realizó una revisión bibliográfica sobre el tema del apoyo paterno y su influencia en la lactancia, pareja y lactancia y temas afines. Posteriormente se realizó el diseño de un cuestionario que permitiera indagar sobre los objetivos del presente estudio y que sería únicamente contestado por padres (género masculino). Se divulgó el cuestionario por redes sociales y grupos de WhatsApp. Se analizaron los resultados para obtener las conclusiones del presente estudio.
La Organización Mundial de la Salud ha sido enfática al considerar la lactancia materna como la manera más eficaz para garantizar la vida de los bebés y niños. No solo es el mejor alimento para ellos, también refuerza el sistema inmunitario previniéndoles de múltiples enfermedades propias de la infancia. Los beneficios no se quedan allí, se ha demostrado que los niños amamantados puntúan mejor en pruebas de inteligencia, tienen menos riesgo de sobrepeso e incluso de padecer diabetes en la adultez. Los beneficios no son solo para los bebés sino también para sus madres protegiéndolas de cáncer de mama y de ovario, entre otros. Aún siendo tan significativos sus beneficios, las tasas de lactancia son muy bajas, casi dos de cada tres menores de un año no reciben lactancia exclusiva los primeros seis meses y a pesar de todas las recomendaciones las tasas no han logrado mejorar en las últimas décadas [1].
Por mucho tiempo, se ha promovido la lactancia materna atendiendo únicamente a su faceta biológica, considerándole una etapa del ciclo reproductivo que permite la supervivencia de los bebés. Sin embargo, se ha dejado por fuera el componente cultural y social de la lactancia. Toda diada madre-hijo está inscrita en un sistema que influye, de manera positiva o negativa, en la decisión de amamantamiento. Afortunadamente, cada vez son más los estudios en lactancia que se interesan por su componente socio cultural y que logran visibilizar el lugar tan importante que tiene el padre en esta práctica [2].
Además, la mayoría de las políticas y campañas realizadas para fomentar la lactancia materna dejan por fuera este factor clave: el apoyo de la pareja. Un factor que diversos estudios confirman ser significativo para el éxito de la lactancia. Desafortunadamente, muchos hombres sienten que apoyar la lactancia les implica alejarse de sus roles masculinos. Por tanto, se hace necesario que las políticas frente a la lactancia involucren esta perspectiva de género disminuyendo el énfasis en el binomio maternofilial y poniendo más énfasis en la triada madre-hijo-padre [3].
Como se comentó, los índices de lactancia a nivel mundial son aún muy bajos. Por tanto, este trabajo busca seguir favoreciendo la lactancia materna visibilizando uno de sus factores claves: el apoyo de la pareja. Para, de esta manera, seguir reconociendo barreras y factores protectores de la lactancia materna, desde una visión de la lactancia no solo desde su componente biológico sino también social y cultural.
Visibilizar el lugar del padre en la lactancia, su influencia en cómo se vive esta práctica a nivel familiar y en los resultados de esta.
Reconocer si existe relación entre el tiempo de lactancia, el haber tenido o no seis meses de lactancia exclusiva con el tipo de relación entre los padres y la calidad de la relación.
Indagar sobre qué tanto aprenden los padres de lactancia durante el embarazo, si realmente deseaban o no una lactancia para sus hijos y qué motivaba este deseo, además, si apoyaban o no el uso de fórmula y el porqué de dichas decisiones.
Investigar sobre cómo los padres apoyaron o no la práctica de la lactancia, si realizaron acciones concretas para favorecerla como extracciones manuales del pecho de la madre, masajes o ellos mismos llevar el bebé al pecho materno.
Explorar la vivencia emocional de los padres: su sensación de competencia o incompetencia para apoyar la lactancia, si sentían el deseo de ser parte de la alimentación de sus hijos ofreciendo leche en otros dispositivos e incluso si la lactancia les generó una sensación de exclusión frente al cuidado del bebé y si consideran que el destete podría promover el vínculo emocional con sus hijos.
Estudiar la perspectiva de género analizando si para los padres apoyar la lactancia es alejarse de sus roles tradicionalmente masculinos.
El método utilizado en este trabajo fue el cuestionario, en su mayoría de preguntas cerradas, con dos preguntas abiertas preguntando la razón de sus respuestas. El cuestionario fue contestado de manera anónima por 171 padres (género masculino) a quienes se les contactó por medio de WhatsApp y la red social Instagram. El cuestionario se difundió por estos medios por cinco días calendario.
FUNDAMENTO TEÓRICO Y ESTADO DE LA CUESTIÓN
La lactancia puede ser definida como un fenómeno bio-psico-social para la madre. Sabemos que para el recién nacido agarrarse del pecho y succionar es sencillamente instintivo, pero la madre requiere de un proceso de aprendizaje. La madre acaba de parir, está frágil, hormonalmente desbalanceada, tiene dudas, preocupaciones. Creer que el alimento de su bebé es responsabilidad únicamente de ella, puede sentirse como un peso muy grande, incluso asfixiante. El asumir la lactancia como un compromiso de todos, le ayuda a la madre a sentirse sostenida por una amplia red de apoyo. Disminuyendo la presión y aumentando la ayuda, es más probable que la lactancia materna tenga éxito.
Desde esta visión, concebimos la lactancia materna como una práctica social y por tanto, permeada por otras personas [3]. En concreto se destaca el lugar protagónico de la familia de la madre y de su pareja. Vale la pena recordar el lema de la Semana Mundial de la Lactancia en el 2021 “Proteger la lactancia materna: una responsabilidad compartida”. La Alianza Mundial para la Acción sobre Lactancia Materna (WABA), a través de este lema, concuerda en que el éxito de la lactancia no solo depende de la madre sino de toda su red de apoyo, incluida la familia y los profesionales de la salud.
Diversos estudios señalan lo importante que resulta el apoyo de la pareja para el éxito de la lactancia. Sin embargo, la mayoría de las políticas públicas y campañas dejan por fuera este punto. Incluso, a nivel familiar, la pareja se siente poco importante en la dinámica, y con frecuencia deja de intervenir creyendo que su ayuda es inútil [3]. Pareciera que aún persiste esta idea tradicional que considera a los hombres menos aptos que las mujeres cuando se trata de cuidado del bebé y crianza. Aún así, cada vez son más los padres que se involucran y los estudios han empezado a reflejar todos los beneficios que trae asumir el cuidado y la lactancia entre ambos padres.
Cyrulnik [4], nos explica la importancia del triángulo: mamá, papá, bebé, en la dinámica familiar. Explica que este triángulo es una unidad funcional, la situación natural de todo ser humano. En una situación ideal, hay un contacto estrecho entre los tres miembros, coordinando su mímica, palabras y actos. En estos casos los bebés suelen manifestar un temperamento tranquilo y los padres (mamá y papá) se configuran como un equipo capaz de sacar adelante las tareas del día a día. Sin embargo, cuando la resolución de los problemas recae únicamente en la madre se genera una “alianza estresada” y la dinámica empieza a ser disfuncional. Asimismo, cuando interfiere en el triángulo un tercero diferente al padre o la madre, generalmente se desarrolla una relación de abuso y por tanto, también una dinámica disfuncional.
El triangulo es un concepto que nos permite entender la importancia del padre en la regulación de la familia. En ausencia de un padre, podría entrar otro hombre o mujer a sustituir este lugar. Pero cuando la madre queda sola, es realmente muy difícil lograr una armonía en el postparto. El apoyo, la presencia del otro, equilibra el sistema y favorece la practica de crianza y lactancia. El otro se configura como un agente regulador que compensa las necesidades de la madre y brinda una mirada complementaría en la dinámica [4].
En el postparto es bastante frecuente que las mujeres presenten sentimientos encontrados frente a la lactancia, reconocen que es el mejor alimento para sus bebés, pero a la vez, la falta de sueño y descanso les hace percibir la lactancia como una sobrecarga en su vida cotidiana. Las mujeres están cansadas, abrumadas, cargadas de dudas e incertidumbres. En estas circunstancias lo que más necesitan es apoyo y, sin embargo, en muchas ocasiones, sus parejas se sienten incompetentes para ayudarles, a veces por los constructos sociales de masculinidad que aún persisten en la sociedad y que conciben al hombre poco hábil para el cuidado de los más pequeños [2].
Losa et al. [5] en sus estudios comprobaron que las madres consideran a su familia una fuente de apoyo significativamente más importante que los profesionales de la salud. De hecho, Palomares et al. [6] encontraron una asociación positiva y estadísticamente significativa entre la preferencia de la familia por leche materna y la probabilidad de esa madre por amamantar.
Marín et al. [7] encontraron que para un grupo de primigestantes, los apoyos más significativos habían sido la abuela materna y el esposo. Al preguntarles sobre el tipo de apoyo recibido, la mayoría comentaron que se trató de ayuda para poner al bebé al pecho, cuidar los pezones agrietados, reconocer la importancia de brindar leche materna y el tener una actitud positiva frente a la lactancia. Los estudios de Navarro [8] confirman la importancia del apoyo de la pareja, demostrando que la pareja representa el mayor apoyo para la mujer lactante al mes de nacimiento y que continúa considerándose el apoyo más importante a los dos meses.
La pareja hace parte de la dinámica familiar y aun así, muchas veces es dejado de lado. La pareja puede ofrecer ayuda práctica con las tareas del hogar, pero es de resaltar la importancia que tiene su actitud frente a la lactancia. Si su actitud es positiva, la lactancia tiene mayor probabilidad de ser exitosa, pero si su actitud es de resistencia o rechazo, la probabilidad de éxito disminuye. Así lo afirman Cardalda et al. [9], quienes encontraron que el apoyo familiar fue el segundo factor facilitador de la lactancia y a la vez, fue considerado como factor que la dificultó en un 19.3%. Es decir, no siempre la presencia de la pareja o la familia facilita la lactancia, lo que es realmente importante es si apoyan o no esta práctica. Piñeros et al. [10] encontraron que cuando las madres recibían apoyo de su esposo expresado en caricias, masajes o ayudas económicas, la lactancia fluía más fácil. En la misma línea, los estudios de Félix et al. [11] confirman que la falta de apoyo de la pareja es una de las causas asociadas al abandono de la lactancia.
El estudio de Rius et al. [12] demostró que las mujeres con parejas que apoyaban la lactancia tendían a lactar más (92.4%), siendo muy pequeño el porcentaje de estas mujeres que prefirió la leche artificial (7.6%). Pero, cuando la pareja no era partidaria de la lactancia materna, las mujeres tendían a ofrecer leche artificial con mayor facilidad (71.4%). Definitivamente, la actitud positiva del esposo es una motivación para la lactancia materna.
Vale la pena destacar que Helck et al. [13] encontraron que las mujeres solteras tendían a tener tasas de lactancia más bajas comparadas con las que estaban casadas. También Flores-Díaz et al. [14], encontraron que dentro de un grupo de mujeres con pareja, la gran mayoría lactaron por seis meses o más (78.4%) y solo el 21.6% de este grupo lactó por 5 meses o menos. Avalos-González [15], confirman lo anterior al demostrar que aquellas mujeres con situación conyugal estable tuvieron mejores índices de lactancia en comparación con mujeres solteras o divorciadas. Además, su estudio demuestra una correlación positiva entre madres con parejas estables y lactancia por seis meses o más. Igualmente el estudio de Piñeros et al. [10] muestra que dentro del grupo de mujeres que no tuvieron una lactancia adecuada el 14% eran casadas y el 38% eran solteras.
Como se ha visto en los diferentes estudios, el apoyo de la pareja se constituye como un apoyo clave para el éxito de la lactancia. Sin embargo, no se trata únicamente de estar casada o no, el ambiente familiar es clave. Así, por ejemplo, Pino et al. [16] no encontraron una relación estadísticamente significativa entre estado civil y lactancia materna. No se trata solo de estar en una relación, se trata de la calidad de esa relación. Si una madre está tranquila en su hogar, vive una dinámica familiar sana, la lactancia tiene mayor probabilidad de éxito, pero si su pareja le genera estrés, angustia, viven una dinámica disfuncional, es esperable que se afecte la lactancia. Broché et al. [17] encontraron que la lactancia tendía a durar menos tiempo (menos de cuatro meses) en familias disfuncionales que en familias funcionales (más de cuatro meses).
A la mayoría de las mujeres les gustaría recibir ayuda de sus parejas. Pero no solo esto, el estudio de Odeh-Susin et al. [18] logra comparar si hay cambios en la lactancia cuando el padre se involucra en la práctica de la lactancia y comprueba que la participación del padre reduce de manera significativa el riesgo de abandono de la lactancia exclusiva.
En definitiva, el apoyo de la familia, y de manera particular, del esposo, es uno de los factores claves para el éxito de la lactancia. Al preguntarles a las mujeres cómo les gustaría recibir ayuda, una gran mayoría respondió con ayuda práctica, con las tareas de la casa, de modo que se pudieran dedicar mas tranquilamente al bebé. Por otro lado, también destacan la importancia de las manifestaciones de afecto y cariño. El apoyo de la familia reduce el estrés en la madre y le permite enfrentar los retos de la lactancia con mayor tranquilidad [19].
Sin embargo, es importante que la pareja esté informada en lactancia, algunos estudios señalan cómo la familia puede ser un factor de riesgo para abandonar la lactancia si creen en mitos como por ejemplo que el calostro no alimenta, entre otros [20] Una madre tras el parto queda muy vulnerable y estas ideas le pueden hacer dudar y fácilmente abandonar la lactancia si cree que está poniendo en riesgo la vida de su bebé.
Resulta clave la perspectiva de género en este análisis sobre pareja y lactancia. Para ello, quisiera retomar algunos puntos claves del estudio de Martínez-Plascencia et al. [2] En este estudio, las mujeres se mostraron agradecidas por no haber sido obligadas por sus parejas a lactar. Cabe aclarar que esta respuesta da testimonio de ser mujeres dentro de un imaginario de la feminidad carente de autonomía frente a las decisiones sobre el propio cuerpo y dentro de un marco cultural que considera la lactancia como responsabilidad exclusiva de la madre. Por otro lado, también se observa cómo la participación del hombre en la lactancia le lleva a asumir tareas tradicionalmente atribuidas a la mujer, como las tareas del hogar y además responsabilizarse por su autocuidado dejando atrás la idea del cuidado del hombre como responsabilidad de la mujer [2].
Dentro de estos imaginarios, en donde se supone natural para la mujer el cuidado infantil, el hombre tiene que “feminizarse”, es decir, debe ser capaz de romper con estigmas y prejuicios sociales para empezar a desempeñarse con igualdad dentro de su hogar, mostrándose afectivo y cercano con su hijo y pareja. Esto les hace sentir vulnerables, incluso llegan a cuestionar su masculinidad, y así buscan conservar su rol de hombres dentro del contexto social [2].
Desafortunadamente, esta visión biológica de la lactancia y centrada en la madre y en el bebé, deja por fuera al padre quien llega a sentirse excluido de la crianza y alimentación de su hijo. Esta sensación de exclusión y rechazo podría llegar a interferir en el vínculo temprano que se construye con el padre y a la larga, afectar el desarrollo del infante e incluso la relación de pareja. Incluso, hay padres quienes afirman sentirse mas vinculados con sus hijos después del destete o que alimentar a sus bebés con leche artificial les ha traído beneficios en el vínculo emocional con sus hijos [2].
A continuación, se presentan los resultados obtenidos a través del cuestionario contestado por 171 padres (género masculino) de manera anónima

















La muestra fue obtenida, en su mayoría, a través de un grupo de Whatsapp y una página en Instagram dedicada a la educación de las familias en etapa de gestación, parto y postparto. Considero que es un punto a tener en cuenta dado que la mayoría de los padres de la muestra tienen bebés amamantados por más de un año, estadística muy por encima de lo esperado a nivel general según la OMS y la UNICEF. Además, la gran mayoría fueron bebés amamantados con lactancia exclusiva hasta los seis meses. Se trata, por tanto, de una muestra con resultados excepcionales en cuanto a la lactancia.
Teniendo en cuenta el objetivo del estudio, la pregunta qué surge es ¿existe relación entre el tiempo de lactancia, el haber tenido o no seis meses de lactancia exclusiva con el tipo de relación entre los padres y la calidad de la relación? En esta muestra encontramos que el 98.3% se encuentran en una relación de pareja con la madre del bebé, la mayoría en situación de matrimonio conyugal y otro porcentaje en unión libre. Sin embargo, teniendo en cuenta lo estudios, no se trata únicamente de estar en relación de pareja, se trata de la calidad de la relación. En este caso, la gran mayoría de los padres consideran que tienen una relación funcional, es decir, sana en la mayoría del tiempo.
Definitivamente el ambiente familiar se configura como un factor clave para el éxito de la lactancia. Es de esperar que si una madre está inscrita en un sistema de maltrato, angustias, tristezas, y estrés, es verdaderamente difícil lograr una lactancia. La madre recién parida es un ser humano vulnerable, frágil, con dudas y miedos. Si además se trata de su primer bebé, este escenario está aun más magnificado. Para una madre que nunca ha lactado, o para una con procesos de lactancia anteriores que hayan sido tormentosos, la lactancia se puede configurar en un estrés más y la fórmula se puede ver como “la solución”, la manera de aligerar la carga y tener una responsabilidad menos.
Imaginemos el escenario de una madre soltera quien además del cuidado de su bebé debe velar por el cuidado del hogar, la alimentación diaria, el aseo ¿En qué condiciones está esta madre para amamantar? Conociendo sobre lactancia argumentaríamos que la lactancia le ahorrará tiempo, enfermedades a su bebé y también dinero. Pero en medio de un día a día tan caótico y saturado de responsabilidades es posible entender que, en medio de la desesperación y el desconocimiento, las madres decidan dejar de lactar. Si es un escenario económico desfavorecido, como sucede en mi país (Colombia), muchas veces las madres ofrecen alimentos no aptos para bebés, como agua de panela, coladas, entre otras.
Pero entonces ¿Cómo ayudarle a una madre que no cuenta con una pareja? Considero que es clave mostrarle a esta mujer desde el embarazo, los retos del postparto. Una de las grandes dificultades es la idealización de la maternidad incluida la lactancia, muchas madres llegan al postparto creyendo que será fácil, que todo fluirá de manera natural y se encuentran con una realidad muy diferente. Yo sigo creyendo que la educación prenatal es clave en todos los sentidos. Por un lado, la madre que aprende de lactancia durante el embarazo tendrá mayor oportunidad de lograrlo, pero además, en las sesiones prenatales se les puede hablar sobre la importancia de construir y fortalecer la red de apoyo para el postparto, en donde aun sin pareja, la madre pueda sentirse sostenida y apoyada.
En cuanto a la pareja, la educación prenatal también se visualiza como un factor clave. Observemos que la mayoría de los padres de este estudio aprendieron sobre lactancia materna antes del nacimiento del bebé, y esto concuerda con el hecho de que la mayoría de ellos consideraban la lactancia también su responsabilidad. Desde el escenario que planteábamos de postparto, es posible imaginar la angustia que puede sentir una mujer al pensar que el único alimento de su bebé es responsabilidad de ella. Es decir que, si ella no lo logra, su bebé se verá perjudicado. Muchas madres con las que he trabajo deseaban lactar y la idea de la fórmula les aterraba por todos los daños que ellas sabían la fórmula podría causarle a sus bebés. Es clave compartir información certera de la lactancia y la fórmula para que las familias estén informadas, pero siento que como profesionales debemos ser cuidadosos con nuestras palabras porque a veces por promover la lactancia y no la fórmula generamos tanta presión en las madres que sin darnos cuenta generamos el efecto contrario. Muchas madres me han dicho “Sé que no es lo mejor para mi bebé, pero descansé cuando di fórmula”.
Por el contrario, cuando las madres se sienten apoyadas y la lactancia es asumida como responsabilidad de ambos padres (mamá y papá) y no únicamente de la madre, todo cambia. Es de resaltar que la mayoría de los padres de la muestra, en algún momento llevó el bebé al seno de la mamá y además realizó masajes en los senos para favorecer la lactancia. Estos datos son maravillosos, demuestran que el apoyo de los padres no se queda solo en su actitud o en sus palabras, sino que trasciende a sus actos. Es remarcable, que los padres se estén vinculando a la práctica de lactancia al punto de saber cómo llevar el bebé al pecho de la madre, es decir, lograr que el bebé se agarre al pecho ¡Una de las tareas más importantes en la lactancia! En mi trabajo como asesora de lactancia, llego a casas en donde me encuentro a una madre muy angustiada y a un padre mas receptivo, entonces les enseño a ambos cómo llevar el bebé al pecho. Puedo imaginar la tranquilidad que se siente cuando la madre vive la lactancia como una responsabilidad compartida y no únicamente de ella.
Nuevamente retomo el lema de la Semana Mundial de la Lactancia, “Proteger la lactancia: una responsabilidad compartida” y así es. Los profesionales de la salud podríamos empezar a tener esta mirada, educar al padre desde el embarazo también, hablarles a ambos cuando vamos a las asesorías de lactancia y poder nombrar este tipo de estrategias en donde se vincula al padre. En el estudio se ve que la mayoría de la muestra no realizó nunca extracciones manuales de leche a su pareja (63.2%) mientras que el 36.8% si lo hizo. Yo considero que la realidad emocional del postparto es tan retadora que tener al lado una pareja que sepa realizar extracciones manuales y ofrecer la leche en un dispositivo seguro, puede salvar muchas lactancias ¿Cuántas fórmulas no se compran en un momento álgido a nivel emocional en el que la lactancia no fluye? ¿Cuántas fórmulas se compran cuando la madre tiene los pezones agrietados y la familia no conoce otras opciones? Imaginemos una lactancia asumida como equipo, con un padre que conoce que si los pezones están lastimados hay que mejorar el agarre, lo intentan, pero la madre no lo tolera, dice que no quiere más. Imaginémonos en ese momento un padre dispuesto a realizar una extracción manual de leche a la madre y que además sepa cómo ofrecer esta leche en copa ¿No sería un alivio para la madre? Definitivamente, considero clave, poder ofrecer todas estas estrategias a las familias para proteger la lactancia. Soy consciente que muchas veces, los profesionales de la salud somos rígidos en los ideales: lactancia materna directa del pecho y nos enfocamos tanto en ello que dejamos a las familias sin recursos cuando vienen las adversidades. Diversas familias llegan a considerar que sino es lactancia materna directa del pecho hay que ofrecer leche de fórmula en biberón porque no hay más opción, no conocen la cantidad de posibilidades y estrategias que podemos tener cuando asumimos una posición flexible que tenga en cuenta la vida emocional de la familia. Además, generalmente son recursos que le permiten a la familia salir de la crisis, una vez se ha restablecido un poco la tranquilidad, se retomará la lactancia directamente del pecho, si así la familia lo desea.
Quizá son estos factores los que llevaron a que la mayoría de la muestra se sintiera en algún momento incompetente frente a la lactancia, un 57.3% comparado con un 42.7% que se sintió con las competencias necesarias para favorecer esta práctica. Se podría hipotetizar que si los padres contaran con más estrategias de ayuda para la lactancia se sentirían aun más competentes para favorecerla. Sin embargo, la gran mayoría, casi el 100% de los padres, sintieron que apoyaron la lactancia materna (97.7%) y al preguntarles cómo la apoyaron surgen respuestas como: apoyo emocional y motivacional, confiar en que estaba haciéndolo bien, apoyarla cuando las personas externas le infundían dudas, ayuda para lograr el agarre correcto incluso en las noches, sacada de gases, ofrecer leche materna en dispositivo seguro para la lactancia cuando la madre tenía los pezones agrietados, encargarse del aseo del hogar y la alimentación incluso ofreciéndole el alimento en la boca a la madre, buscando ayuda externa para continuar con la lactancia, aprender sobre lactancia materna, ofrecer masajes, cuidar del bebé mientras la madre se extraía, analizando pros y contras de la lactancia con la madre, hablando juntos del tema, organizando un banco de leche juntos, empoderamiento de la madre, ayudar con el destete cuando la lactancia fue inviable para la madre, comprar medicamentos necesarios para continuar la lactancia, informándose sobre factores de riesgo para la lactancia como el estrés para protegerla, aceptar su decisión de no amamantar, encargarse del cuidado del bebé en todo lo demás excepto la lactancia, sosteniendo a la bebé cuando la mamá estaba aun con dolor de la cesárea, apoyando dieta de exclusión por Aplv, cuidando que la madre no se quedara dormida con el bebé o si se quedaba dormida que ambos estuvieran seguros, entre otros.
A través de estas respuestas queda claro que el apoyo del padre trasciende varias esferas. Por un lado, la mayoría sostienen que han sido apoyo emocional para las madres, ofreciéndoles un espacio de escucha, motivándolas, y confiando en ellas, no solo en el inicio de la lactancia sino también en su final. Además, cuidándoles de factores externos incluso personas, que infundieran dudas y miedos sin necesidad. Por otro lado, también brindan apoyo cognitivo analizando beneficios y riesgos de cada decisión, buscando estrategias de afrontamiento y planes de acción en pro de la lactancia. Ofrecen también apoyo en la dinámica misma de la lactancia por ejemplo al favorecer una técnica adecuada de agarre, realizar extracciones y ofrecer la leche en dispositivos seguros. Los padres también mencionan el poder encargarse del cuidado del bebé en todo lo demás que no sea la lactancia como la sacada de gases, cambio de pañal o baño. Igualmente, brindan apoyo con el cuidado del hogar, la alimentación y apoyo logístico como la compra de artículos necesarios.
Me parece importante ahondar sobre todas las estrategias que los padres han tenido para apoyar la lactancia. En diversos estudios se señala que la ayuda del padre reside en ocuparse de las tareas del hogar y la alimentación de la madre. En este estudio queda claro que los padres no son solo apoyo práctico para la casa sino que tienen competencias claves para favorecer la dinámica misma de la lactancia, es decir, no solo se trata de que el papá se ocupe de todo lo demás para que la madre se ocupe del bebé, se trata de apoyar la dinámica misma de la lactancia, aprendiendo de ella, confiando, realizando extracciones, masajes, etc.
La mayoría de los padres deseaban una lactancia exclusiva (87.1%), al 10% le daba igual y 2.3% no lo deseaban ¿Por qué estos padres tenían estos deseos? ¿Qué les había motivado o desalentado? En sus respuestas destaca el reconocimiento de la lactancia exclusiva como fuente de grandes beneficios para el bebé a corto y largo plazo, el mejor alimento, fuente de defensas, desarrollo cognitivo, el favorecer el vínculo entre madre e hijo e incluso entre padre e hijo (mencionan algunos), ser la opción más natural, fortalecimiento de músculos faciales, autorregulación de la ingesta y el ahorro a nivel económico, ser todos estos beneficios con sustento científico. A quienes les daba igual argumentan que no les parecía relevante, otros comentan que crecieron sin ser lactados y se encuentran bien y también mencionan que no querían generar presión y/o frustración en la madre, consideraban que era una decisión únicamente de la madre, o pensaban que lo único importante era que la madre estuviera bien fuera con lactancia exclusiva o fórmula. Entre los padres que dijeron que no deseaban lactancia exclusiva argumentaron que al ingresar al trabajo se complicaba la lactancia o que no sabían nada de lactancia.
Las respuestas de los padres dan cuenta de la educación de estos frente a la lactancia. Sus respuestas no solo aluden al atributo más evidente de la lactancia materna que es ser un excelente alimento para el bebé, sino que también conocen que es un alimento que brinda defensas, que mejora el desarrollo cognitivo, que además promueve el vínculo con la madre e incluso con el padre, el ahorro económico, el desarrollo motor. Cabe resaltar que ninguno de los padres menciona los tan significativos beneficios para la madre como la protección frente al cáncer de ovarios y mama. Quizá conociendo que los beneficios no son solo para el bebé sino también para la madre y la familia, la motivación sería aun mayor. Por otro lado, vale mencionar que los padres consideran la lactancia una decisión únicamente de la madre. Desde una perspectiva de género está claro que se trata del cuerpo de la mujer sobre el cual ella tiene total decisión. Este punto no se discute, sin embargo, puede ser una idea que tomada de manera ligera lleve a pensar que es decisión de la madre y por tanto, nada tiene que ver allí el padre. Los estudios demuestran que el asumir la lactancia como un compromiso compartido, respetando siempre las decisiones de la madre sobre su cuerpo, puede tener mejores resultados.
Frente a la perspectiva de género cabe mencionar que la gran mayoría de los padres (91.8%) no sintió que apoyar la lactancia le apartara de sus roles tradicionalmente masculinos. Resultados que discrepan de lo mencionado por Martínez-Plascencia et al. quienes afirman que para que el hombre pueda apoyar la lactancia debe “feminizarse” y alejarse de sus roles masculinos [2] Quizá, con el pasar de los años, estas ideas han ido quedando atrás y el hombre ha empezado a sentirse cómodo con el cuidado de los pequeños. De hecho, la mayoría de los hombres encuestados afirman haberse hecho cargo del cuidado de su bebé en una dinámica de equipo con la madre. Sin embargo, si considero que aun persiste, quizá de manera sutil o inconsciente la idea que considera a las mujeres más hábiles para el cuidado de los bebés en comparación con los padres.
En este caso, la mayoría de padres (90.6%) no se sintieron excluidos del cuidado del bebé a causa de la lactancia, quizá justamente porque se sentían vinculados con el bebé, con la pareja y hacían parte de la dinámica de cuidado. Asimismo, la mayoría (87.1%) consideraron que destetar no favorecerá su vínculo emocional con su bebé, pero un 12.9% si lo cree así. Cabe mencionar en este punto que hubo padres que comentaron que sentían que ya era demasiado tiempo, que sus parejas habían dicho que tres años de lactancia, pero ahora decían que siete años. Quizá sienten que la lactancia extendida les arrebata tiempo de compartir con sus hijos, realmente este punto valdría la pena seguir investigándolo.
También vale la pena resaltar que la mayoría de los padres (68.4%) deseaban ofrecer leche en biberón, vaso, jeringa u otro dispositivo para ser parte de la dinámica de alimentación mientras que el 31.6% no tuvo este deseo. Los padres mencionaban que la lactancia generaba un vinculo estrecho con la madre, muchos incluso traían la palabra apego. Por muchos años, desde diferentes disciplinas se ha hablado de cómo la alimentación configura una práctica clave para la creación de vínculos con los progenitores. Como asesoras solemos decir que el padre se puede encargar de todo lo demás y que todas estas actividades también promoverán el vínculo, pero pareciera que en los hombres persiste esta sensación de querer ser parte de la dinámica de alimentación ¿Para qué? ¿Cuáles serán los imaginarios, las ideas que sostienen estos deseos? Valdría la pena explorarlos en otro estudio.
Finalmente, es importante mencionar que el 56.7% de los padres no apoyaron el uso de fórmula y el 43.3% si lo hizo. Siendo una muestra tan caracterizada por su apoyo a la lactancia ¿Qué los motivó a apoyar o no la fórmula? Ante esta pregunta los padres contestaron: ver a su esposa sufrir, con dolor, estresada, querer proporcionar tranquilidad, descanso para la madre, creer que el bebé quedaba con hambre después del seno, considerar la fórmula un complemente para el crecimiento del bebé, como alternativa si la lactancia tenía un contratiempo, la fórmula como oportunidad para que el bebé conozca otros sabores porque nunca se sabe cuando toca administrar fórmula, considerar la fórmula un complemento después de los seis meses, considerar la lactancia muy desgastante, por Aplv, por mastitis en la madre, por baja producción, porque la bebé no quiso leche materna, para quitarle a la mujer la presión de la lactancia exclusiva, por recomendación del médico, madre con pexia, para que durmiera más, por tener múltiples, por un nuevo embarazo, apoyar la decisión de la mujer, para favorecer el ingreso al trabajo, para que el bebé subiera de peso, porque el bebé comía mucho, por falta de información sobre la lactancia, porque fue lo que le dieron en la Unidad de Cuidados Intensivos, entre otras.
En estas respuestas se evidencian muchos mitos que aun persisten en nuestra sociedad: el creer que el calostro es muy poco, que la leche después de los seis meses no alimenta, que si la mujer queda en embarazo debe destetar. Se hace necesario seguir fortaleciendo los canales educativos de lactancia y dirigirlos también hacia los padres. Ayudarles a reconocer variables objetivas para saber cuando el bebé está quedando satisfecho, aprender sobre el sueño del bebé, los cambios emocionales de la mujer en los primeros meses, entre otros. Sin embargo, la mayoría afirmaban que la fórmula era una manera de tranquilizar a las madres. En este punto creo que necesitamos, todos los profesionales de la salud, preguntarnos cómo estamos favoreciendo la vivencia emocional de las madres o cómo seguimos infundiendo miedos y dudas sin razón ¿Cuántas mujeres llegan a sus casas con fórmula porque en el hospital se las dieron? ¿Cuántas llegan del hospital creyendo que no les está bajando leche? Creo que se necesitan aumentar los esfuerzos para que madres y padres reciban mayor apoyo en el hospital y tras el alta en sus casas para favorecer sus procesos de postparto.
En definitiva, así como lo menciona Martínez-Plascencia et al., lograr una lactancia cuando la mujer es la única responsable es muy difícil. Afortunadamente, cada vez son más los padres que asumen esta práctica como su responsabilidad también apoyándola desde diferentes frentes [2].
La lactancia materna no es una práctica únicamente del binomio madre-hijo, el lugar del padre es esencial para favorecer o dificultar esta práctica. El padre se configura como un apoyo clave desde su conocimiento de lactancia, sus análisis, sus motivaciones constantes para la madre, como protección frente a los agentes estresores externos, ayuda práctica en la dinámica en si de lactancia, ofreciéndole alimento a la madre, encargándose de las tareas del hogar. La pregunta que surge es y ¿al padre quien lo apoya? Los padres, suelen tener una licencia de paternidad muy corta, ingresan al trabajo rápidamente y empiezan una dinámica muy exigente, llegan a su casa con el anhelo de descansar y la madre les está esperando para pasarles al bebé. Se hace evidente la necesidad de una red de apoyo más amplia, una de las dificultades del siglo XXI es que las familias cada vez se cierran más al modelo padre-madre e hijos, estando cada vez más lejos de la familia extendida. Está claro que la familia extendida puede ser un agente estresor en lugar de un agente protector para la madre, pero también es necesario que tanto la madre como el padre tengan una red más amplia sobre la cual descansar. Definitivamente la crianza en tribu, en familia, parece generar más beneficios que riesgos. Se hace necesario seguir profundizando en las vivencias emocionales del padre tras el nacimiento de los hijos indagando sobre la presencia o ausencia de redes de apoyo.
En este estudio queda claro que para que el padre se configure como un agente protector de la lactancia se requiere: educación prenatal y postnatal de lactancia, conocimiento sobre estrategias de afrontamiento frente a los retos de la lactancia, relación sana con la madre (no necesariamente de pareja), actitud positiva frente a la lactancia y sentirse competente para el cuidado de los pequeños.
Frente a las limitaciones del estudio se resaltan: la ausencia de información demográfica de los participantes como la edad y la nacionalidad, información que ayudaría con el análisis de los resultados, quizá al dar cuenta que se trata de una población en un rango de edad particular. También, el no tener en cuenta parejas homosexuales, se trabajó el concepto de padre como aquellos hombres con género masculino. Por otro lado, el haber sido una muestra recopilada por canales de educación pre y postnatal no permite tener una visión más general de la población sino de un fragmento de ella caracterizada por ser parte de un grupo a quien le ha interesado su educación como padres.
A futuro se recomienda seguir investigando sobre ¿Por qué los padres sienten el deseo de alimentar a sus bebés lactantes a través de dispositivos como el biberón? ¿Cómo afecta el destete la relación con los padres (género masculino)? ¿Cómo viven emocionalmente los padres el postparto? Está claro que el padre tiene un lugar protagónico para la lactancia, pero ¿cómo hablar de este tema cuidando de un burnout en los padres? Falta aun un camino largo, es importante visibilizar la importancia del padre, a la vez, es clave estudiar sus propias vivencias emocionales, sus retos y sus recursos. Cada vez más se pone atención a la mujer en el postparto, pero todavía muy poca a los hombres. Que este trabajo sea un incentivo para seguir profundizando en estas direcciones.
- Organización Mundial de la Salud [Internet]. Recuperado a partir de https://www.who.int/es/health-topics/breastfeeding
- Martínez-Plascencia U, Rangel-Flores YY, Rodríguez-Martinez ME. ¿Lactancia materna o en pareja? Un estudio sobre las experiencias de reconfiguración de cuerpos, roles y cotidianeidades en madres y padres mexicanos. Cad Saude Publica [Internet]. 2017;33(9). Disponible en: http://dx.doi.org/10.1590/0102-311×00109616
- Becerra Bulla F, Rocha-Calderón L, Fonseca-Silva DM, Bermúdez-Gordillo LA. El entorno familiar y social de la madre como factor que promueve o dificulta la lactancia materna. Rev Fac Med Univ Nac Colomb [Internet]. 2015;63(2):217–27. Disponible en: http://dx.doi.org/10.15446/revfacmed.v63n2.44051
- Cyrulnik B. Los Patitos Feos Los Patitos Feos. Gedisa; 2021.
- Losa-Iglesias ME, Rodríguez-Vázquez R, Becerro de Bengoa Vallejo R. The grandmother’s role in breastfeeding. Aquichan [Internet]. 2013;13(2):270–9. Disponible en: http://dx.doi.org/10.5294/aqui.2013.13.2.12
- Palomares-Gimeno MJ, Fabregat E, Folch S, Escrig B, Escoín F, Gil-Segarra C. Support to breastfeeding in a basic health area; prevalence and related socioeconomic factors. Rev Pediatr Aten Primaria [Internet]. 2011;13(49):47-62. Disponible en: https://pap.es/article/11446/support-to-breastfeeding-in-a-basic-health-area-prevalence-and-related-socioeconomic-factors
- Marín-Arias L, Gutiérrez OY. Percepciones de las madres lactantes sobre el apoyo recibido durante el amamantamiento de sus hijos. Nutr Hosp [Internet]. 2012;27(supl 3):79. Disponible en: http://goo.gl/AbzMsy.
- Navarro-Gil C. Prevalence of exclusive maternal breastfeeding and causes of abandonment, in the first two months of life, in the regions of Jacetania and Alto Gállego. Mednat [Internet]. 2013;7(2):61-5. Disponible en: file:///C:/Users/marce/Downloads/Dialnet-PrevalenciaDeLactanciaMaternaExclusivaYCausasDeAba-4297710%20(3).pdf
- Cardalda EB, Martínez J, Alcalá A, Talavera J, Hernández S, Dávila M, et al. Factores facilitadores y dificultades para una lactancia exitosa en diferentes grupos ocupacionales de madres puertorriqueñas. Rev. Puertorriq. Psicol [Internet]. 2012;23(1):91-108. Disponible en: http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1946-20262012000100004
- Piñeros BS, Camacho NJ. Factores que inciden en la suspensión de la lactancia materna exclusiva. Orinoquia [Internet]. 2004;8(1):6-14. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/896/89680102.pdf
- Félix VJ, Martínez CE, Sotelo HE. Prevalencia y factores biosociales asociados al abandono de la lactancia materna exclusiva. Pediatría de México [Internet]. 2011;13(2):47-56. Disponible en: https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=31318
- Rius J, Vento M, Estañ L. Factores asociados al inicio y al abandono precoz de la lactancia materna. 1ª Ed. Valencia España: Universidad de Valencia Servicio de Publicaciones; [Internet]. 2011. Disponible en: https://roderic.uv.es/handle/10550/23276
- Helck K, Braveman P, Cubbin C, Chávez GF, Kiely JL. Socioeconomic Status and Breastfeeding initiation Among California Mothers. Public Health Rep [Internet]. 2006;121(1):51-9. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/16416698/
- Flores-Díaz AL, Bustos-Valdés MV, González-Solís R, Mendoza-Sánchez HF. Maternal Breastfeeding-related Factors in a Group of Mexican Children. Archivos en medicina familiar [Internet]. 2006;8(1):33-9. Disponible en: https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumenI.cgi?IDARTICULO=8432.
- Avalos-González MM. Behavior of some biosocial factors related to breastfeeding in babies aged less than 1 year. Rev Cubana Med Gen Integr [Internet]. 2011;27(3):323-31. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S0864-21252011000300003&lng=es&nrm=iso&tlng=en
- Pino JL, López MA, Medel AP, Ortega A. Factors affecting the duration of exclusive breastfeeding in a rural community of Chile. Rev. chil. nutr [Internet]. 2013;40(1):48-54. Disponible en: https://scielo.conicyt.cl/pdf/rchnut/v40n1/art08.pdf
- Broche-Candó RC, Sánchez-Sarría OL, Rodríguez-Rodríguez D, Pérez-Ulloa LE. Sociocultural and psychological factors linked to exclusive breastfeeding. Rev Cubana Med Gen Integr [Internet]. 2011;27(2):254-60. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21252011000200013
- Odeh-Susin LR, Justo-Giugliani ER. Inclusion of fathers in an intervention to promote breastfeeding: Impact on Breastfeeding Rates. J Hum Lact [Internet]. 2008;24(4):386-92. https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0890334408323545
- Henry BA, Nicolau AI, Américo CF, Ximenes LB, Bernheim RG, Orlá M. Factores socioculturales que influyen en la práctica de la lactancia entre mujeres de baja renta en fortaleza, Ceará, Brasil: una perspectiva a partir del modelo del sol naciente de Leninger. Enferm. Glob [Internet]. 2010;9(2):1-13. Disponible en: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S1695-61412010000200005
- Pacheco S, Souza J, Miyabe LY, Nascimento R. Orientaciones dadas a la madre sobre la alimentación de su hijo: contribuciones para enfermeria. Rev. pesqui. cuid. fundam [Internet]. 2010;2(3):989-96. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3651710